Gustavo Solera
La Asociación Cámara de Turismo de Guanacaste (Caturgua), no puede levantar vuelo, con solo el motor del visitante nacional sobre una pista de temporada seca.
Urgente es la puerta de entrada para el arribo de extranjeros por la carpeta asfáltica del aeropuerto Daniel Oduber, en Líberia, Guanacaste. Con ese otro motor, el empresariado turístico volverá a levantarse tras seis meses de inactividad por las medidas sanitarias ante la crisis del covid-19.
Hernán Binaghi, presidente de Caturgua, sabe que Guanacaste cuenta con una infraestructura diseñada para albergar el turismo internacional.
De ahí que trabaje por mover la industria con el apoyo del Gobierno, apalancado en el carreteo lento de la afluencia local para resucitar una actividad paralizada por la pandemia.
Diversos programas de promoción turística, es la primera escala de este esfuerzo público-privado por acercar el turismo de carretera a las principales atracciones de la provincia.
Binaghi sabe que no es suficiente para volver al más del millón de pasajeros, que se movilizan entre los pasillos de aerolíneas extranjeras y las salas de recibimiento en el segundo aeropuerto internacional del país, en la llanura liberiana.
Guanacaste es un diamante azul para los miles de turistas, en su mayoría norteamericanos, que durante la temporada alta arriban a la región a disfrutar del turismo verde, de montaña, rural y mar.
Paralelo a sus bellezas naturales en la provincia y el oxígeno local en esta nueva fase de levantar vuelo, el combustible no es suficiente en la oferta de precios muy por encima del bolsillo de los costarricenses.
Ante ese panorama, el presidente de Caturgua reconoce que esta organización no puede intervenir para bajar o hacer accesible esos valores a la billetera nacional.
En ese mover la rueda no faltaron los palos delante de la carreta, en la denominada temporada cero, con el cierre de carreteras provocadas por sectores que reclamaban al Gobierno también su derecho al trabajo.
Sucedió en el último fin de semana largo, durante las fiestas de la Independencia Patria, con el traslado de los feriados a los lunes más cercanos al día libre, con la movilización de cientos de familias a la región, donde disfrutaron de la apertura controlada de las playas.
Por otra parte, además de los altos precios para el turismo local, la ocupación hotelera de los 160 agremiados apenas llega al 40 %, lo cual resulta insuficiente para las expectativas de Caturgua en el proceso de reactivación a costa de la divisa nacional.
El presidente Binaghi está consciente de esa alianza para inyectar energía a ese esfuerzo, que los conduce a participar en concejos municipales en procura de una política solidaria por la situación que han pasado con el pago de patentes y a los ajustes en las planillas laborales aplicadas. Un cambio en el mapa de ruta es la esperanza para el gremio empresarial turístico guanacasteco, donde la ausencia del motor internacional por ahora hace imposible el vuelo de una industria, que esperar con el correr de los días volver a surcar los cielos abiertos.