Redacción
La campaña electoral en Estados Unidos de Norte América (EE.UU.) se ha visto sacudida por un evento impactante que involucra al expresidente Donald Trump. Durante un mitin político el candidato Republicano sufrió un atentado, apenas unos instantes después de evadir la muerte por las balas de un agresor, Trump se levantó con el puño en alto, con sangre en el rostro y una bandera estadounidense ondeando a sus espaldas. Una imagen que se popularizado.
“¡Luchen! ¡Luchen! ¡Luchen!”, exclamó el exmandatario mientras sus seguidores, que habían temido por sus vidas momentos antes, comenzaban a aclamarlo.
El incidente en Pensilvania ha dejado una huella indeleble en la conciencia estadounidense, socavando la sensación de seguridad en los niveles más altos de la política presidencial. Este acontecimiento demuestra que ni siquiera los expresidentes están a salvo de la violencia que puede surgir en la vida cotidiana estadounidense.
El presidente Joe Biden, en un discurso desde el Despacho Oval la noche del domingo, instó a los estadounidenses a calmar el tono del debate político. «Nunca debe ser un campo de batalla y, Dios no lo quiera, un campo de exterminio», advirtió. «No importa cuán fuertes sean nuestras convicciones, nunca debemos caer en la violencia».
El ataque ya se ha convertido en un punto de discusión partidista. Muchos republicanos han criticado al presidente Biden y a los demócratas por crear un ambiente retórico que consideran propicio para la violencia. Señalan las advertencias emitidas por algunos demócratas sobre el expresidente, sugiriendo que dichos comentarios podrían incitar a un atacante.
Donald Trump Jr., en una entrevista televisiva, expresó que, «han tratado de eliminarlo de muchas otras maneras, financieramente, han tratado de encerrarlo en la cárcel. Es como si les encantara que esto sucediera».
No obstante, los motivos y afiliaciones políticas del presunto atacante, Thomas Matthew Crooks, un residente de Pensilvania de 20 años, aún están bajo investigación.
El ataque podría cambiar fundamentalmente la dinámica de la campaña presidencial. El presidente Biden ha suspendido temporalmente toda publicidad negativa dirigida al expresidente y ha reprogramado un viaje a Texas previsto para el lunes.
Este incidente también podría impulsar la campaña de Trump, reforzando la narrativa de agravio y persecución que ha sido un tema central en sus discursos. El encuentro cercano con la muerte y su respuesta desafiante podrían fortalecer su imagen entre sus seguidores.
Mientras tanto, los demócratas enfrentan nuevos desafíos en su estrategia de reelección, ya que el ataque ha cambiado el enfoque de la campaña.
Las expectativas y narrativas políticas pueden transformarse en cuestión de segundos, como lo demostró la tragedia del sábado, que dejó heridos, además, de dos víctimas, un bombero que se encontraba entre el público y el atacante que fue abatido por el Servicio Secreto.