José León Sánchez
Su Eminencia el Papa Francisco, con sus dos manos juntas ha solicitado a México el perdón en favor de los genocidas de Tenochtitlan en el año 1521, Gabriel García Márquez sobre el tema ha escrito. «Fue una historia de la negritud humana. Y nada volvió a ser igual en el mundo».
En el año 1519 una gavilla de filibusteros huyendo de la justicia castellana llegaron a las costas de México. Los historiadores nativos, tiempo después calificaron al jefe de la pandilla «de perro rabioso». Se refieren a Hernán Cortes, prófugo de las leyes castellanas.
¿Cómo fue posible ese genocidio por el cual el Santo Padre de la Iglesia ha solicitado el perdón? Alude a la ciudad de Tenochtitlan.
En 1519 la mayor ciudad de Castilla era Sevilla con 45 mil habitantes; Toledo en donde habitaba la Reina doña Juana y su hijo Carlos, 12 mil vecinos. Y Madrid era un vecindario de pescadores donde habitaban tres mil pobladores. Génova la mayor en Europa, contaba con120.000 ciudadanos.
Castilla, donde emerge el idioma castellano y su primera cita con el Plomo de Alcoy ya en México la Cultura Tolteca era una antorcha de sabiduría, sabios como Nezalhualcoyotl portaron un conocimiento y emularon la herencia de Platón, Sócrates y Aristóteles.
En la Biblioteca de Texcoco que fue quemada por los filibusteros y ardió durante ocho meses, se conocía el «cero» desconocido en Egipto, Babilonia, Grecia y Roma.
La Cultura Tolteca pregonada desde Tenochtitlan abarcó desde Arizona hasta la Biblioteca en La Gran Nicoya en lo que hoy es Costa Rica.
Solamente en el mundo fue Tenochtitlan en donde el genio de la arquitectura concibió la ciudad en el centro de un lago de esas dimensiones.
En el momento en que Castilla escribe sus primeras palabras en el Plomo de Alcoy y después el primer libro, “El CID”, es posible agregar que entre los toltecas ya escriben libros, senderos del arte, dominaban la astronomía, las matemáticas dos mil años antes en que los habitantes de Castilla aprendieran a leer y a escribir.
Si nos es posible meditar en el dialogo del sacerdote castellano sostiene en 1527, Bobadilla y un sabio de la Gran Nicoya de acuerdo con el libro de Oviedo, es posible decir que en aquella Gran Nicoya ciudad tributaria de Tenochtitlan, poseían conocimientos de astronomía ignorados por la ciencia en Europa en que Galileo le faltaban 100 años para nacer.
Es pues de la razón al Señor presidente López Obrador y al eminente Papa Francisco.
En el caso urbanístico de Venecia fue un accidente cuando el mar Adriático inunda la ciudad.
En México la historia de una ciudad en el lago de Texcoco no existe nada similar desde que el hombre habitó la Tierra y es la admiración que impacta a 50 millones de turistas al ver sus recuerdos.
El Señor PRESIDENTE de México solicita al Gobierno de España hoy un gesto de honestidad y reconozca esa historia del genocidio. Por lo mismo el Papa Francisco pide de rodillas que México perdone a los cristianos esa horrible historia.
Guiando a esa pandilla de desaforados filibusteros prófugos estaba el denominado el mal nacido Cortés que el Gobierno de España le hace homenaje al llamarle “El Padre de MÉXICO”.
Cortés un tiempo después envía una carta a la Reina doña Juana y a su hijo el joven Carlos V que todavía no sabía ni leer ni hablar en castellano.
En ella se grita el orgullo de ser uno de los más inefables criminales que el mundo ha conocido y narra a la Reina doña Juana, punto a punto, cómo fue esa gesta genocida de los hijos de Castilla contra Tenochtitlan.
Es raso que lleva el escritor Gabriel García Márquez al decir, “…ya nada fue igual en el mundo”.
(Carta tercera a doña Juana) “…y como en estos conciertos se pasaron más de cinco horas y los de la ciudad estaban todos encima de los muertos, y otros en el agua, y otros nadando, y otros ahogándose en el agua del lago donde estaban las canoas, que era grande, era tanta la pena que tenían que no basta juicio ni pensar como lo pudieron sufrir; y no hacían sino salirse infinito número de hombres, mujeres, niños todos suplicantes hacía nosotros. Y por darse prisa al salir unos y otros se lanzaban al agua y se ahogaban entre aquella multitud de muertos que según pareció del agua salada que bebían acosados por el hambre y mal olor, había dado tanta mortandad en ellos se murieron más de cincuenta mil almas en esa noche. Hallábamos tanta cantidad de muertos que no había persona que en otra cosa se pudiera poner de pie.
Para añadir la sed al hambre de los sitiados varios de los cuales habían salido de la ciudad y se habían refugiado en nuestro real y se morían de hambre. Entre ello abundaban las mujeres y los niños.
(Aquí Cortés describe con una frialdad cesariana, estilo el genocidio de Cesar en Alessia)
“…dimos sobre infinita gente, pero como eran de aquellos de más miserables a que salían a buscar que comer, los más venían desarmados y eran mujeres, muchachos y niños, e hicimos tanto daño que en todo lo que se podía nadar en la ciudad que los muertos pasaron de ochocientos personas.
El Señor presidente de México ha llamado al Rey de España a un dialogo en mitad de la conciencia.
Su Santidad el Papa Francisco en nombre de la cristiandad del orbe como lo hizo Juan XXIII ante el pueblo judío y con una humildad que va más allá de una hermosa plegaria henchida de poesía y de rodillas suplica que… fin.
Tenochtitlan y sus 200 mil fuegos alojan medio millón.
José León Sánchez. Premio Nacional de Cultura de Costa Rica