Edén Pastora: Al FSLN la CIA le dio $600 millones en cuatro años
Michael Tirzo Rodríguez
Reportero gráfico
Edén Pastora Gómez, más conocido como el “Comandante Cero” alcanzó notoriedad mundial cuando en la guerra civil en Nicaragua, en compañía de un grupo de hombres armados tomó espectacularmente el Palacio Nacional y tuvo de rehenes a diputados, periodistas y trabajadores del Palacio, poniendo en vilo la temida seguridad que en ese entonces pregonaba el dictador Anastasio Somoza.
Esta audaz acción de pastora recorrió el mundo mediante los medios de comunicación. Libró una lucha sin cuartel contra el régimen de Somoza y fue uno de los artífices del triunfo del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).
Hoy varias décadas después de esta acción y a sus 66 años de edad, Pastora se encuentra alejado de toda actividad guerrillera, pues considera una etapa superada. El tiempo ha pasado y hoy, sin abandonar sus aspiraciones políticas se encuentra inmerso en una de sus grandes pasiones: la pesca, una actividad que conoce muy bien.
Nadie o casi nadie le llama Edén, su nombre de guerra es Comandante Cero y el recuerdo de sus acciones se mantienen. Pese a su alejamiento de la actividad bélica, logramos revivir grandes recuerdos y hablar no sólo de su pasado sino de su presente y futuro. Nos dice por qué hizo la revolución, sus sueños incumplidos en su totalidad, pero consciente que todavía falta mucho por hacer, pues la guerra no ha terminado, quedan muchos pobres, hay mucha injusticia en la sociedad y todavía mantiene aspiraciones con llegar al poder. En forma exclusiva para nuestros lectores esta entrevista.
¿Edén por qué luchó por su pueblo, o por qué hizo la revolución?
- Siempre creí que la injusticia había que combatirla y cuando las ideas no prevalecen, hay que buscar otros caminos y no nos quedó otro que el del levantamiento por eso hicimos la revolución.
¿Considera que actuaron bien?
- Siempre en una guerra o revolución existen riesgos, yo arriesgué mi vida como lo hicieron muchos compañero, pero valió la pena, pues logramos sacar del poder la dictadura de los Somoza y aunque no se ha logrado exterminar la pobreza, creemos que quienes luchamos por Nicaragua lo hicimos de buena fe.
¿Volvería a las montañas para pelear por una causa?
- Definitivamente sí, soy hombre de luchas, soy hombre que mira hacia el futuro pensando en lo mejor el pueblo y aunque soy partidario de luchar con ideas, si estas no se respetan y es necesario ir a las armas, lo volvería a hacer.
Cambiemos de tema. ¿Usted vivió en Guanacaste?
- Sí, ahí estuvimos en San Juanillo.
¿Qué le recuerda esa provincia de Costa Rica?
- Definitivamente es una región muy bella, muy hermanable con Nicaragua, por la misma raza y orígenes. Incorporada a la vida nacional costarricense, gracias a la revolución del 48, don “Pepe” logró incorporar el Atlántico y Guanacaste al resto de Costa Rica.
¿Su mejor recuerdo de Guanacaste?
- Ahí tengo un hijo. El mejor recuerdo un gran amigo de Santa Cruz que desapareció, “Chepón” Jiménez. Nunca se volvió a saber de él, un misterio. Tengo muy buenos recuerdos de San Juanillo.
¿Qué diferencia ve entre el pueblo nicaragüense y tico?
- Nos parecemos en el folclore. Ahí está resumid. Tienen la marimba como nosotros, los llaneros, la gente del campo. Es un pueblo muy estrecho. Tiene el mismo origen, raza. Es interesante, como una línea imaginaria divide tanto a su pueblo. Los ticos son electoreros. Todo lo arreglan en las elecciones. Ustedes cuentan para afuera, nosotros para adentro. Nosotros somos muy abiertos, ustedes más cerrados. Cierran sus puertas, son más conservadores en muchas cosas. En general los pueblos somos los mismos. Lo que nos cambian son los gobiernos, los políticos.
¿Cuéntenos sobre la pesca en la Barra del Colorado?
- Fueron los días más felices de mi vida. Ahí me hice pescador. Le digo, nunca había conocido un tiburón en la Barra del Colorado. Me volví pescador, en momentos en que me encontraba exiliado en Costa Rica, perseguido. Estamos hablando de finales de 1973. Perseguido por la seguridad de Somoza, por la Central de Inteligencia Norteamericana, perseguido por el cuarto de Inteligencia de Costa Rica. Muchas veces al pasar por la Barra del Colorado, vi que un pescador gran amigo mío de lo que traía del mar le daba de comer todos los días a su familia. Entonces, yo dije, si pesco todos los días, le doy de comer a mis hijos. Me fui a la Barra a pescar tiburones. Viví inmensamente feliz en el 74, 75 y 76 hasta que me reincorporé de nuevo al Frente Sandinista en el 77.
¿Por qué se reincorporó?
- Bueno, se presentó una tendencia tercerista insurreccional encabezada por el general Humberto Ortega y su hermano Daniel. Llegamos a la conclusión de que no podíamos implementar el marxismo-leninismo en Nicaragua, dada la geopolítica. Pensamos en desarrollar una revolución verdaderamente sandinista, democrática, en libertad, de economía mixta. Lo que realizó Costa Rica en 1948. Lo analizamos varias veces y dada esa premisa, Humberto Ortega decidió incorporarme a la lucha.
¿Usted colaboró con un grupo para la pesca en San Juanillo?
- Lo mismo que en Barra del Colorado, llegué a San Juanillo en 1987 donde no había caminos, fuentes de trabajo. Era una porción de campesinos muriéndose de hambre. Hablé con ellos y les dije que si me ayudaban. Si me hicieron caso, hicimos una pesca artesanal. Estuve con ellos cuatro o cinco años, hasta 1991.
¿En el momento que inicia estos proyectos, qué pretendía?
- Tenía la visión de que esta gente podría surgir mediante esta actividad. Me iba bien. Yo quería ayudar a la gente que necesitaba ayuda. Llegué ahí con el fin de sobrevivir. Estuve en estos sitios porque consideré que podía realizar obras sociales, levantamos fuentes de trabajo. Ahí tuve una decepción, me di cuenta que el pescador necesitaba más que el dinero que daba la pesca. Lo que requería era programas educativos, no tenían el nivel de cultura como para darse cuenta que era necesario ahorrar y ahorrar otras como el dinero. No, se tomaban todo. Sabían que hoy se gastaba todo y mañana recogerían algo del mar.
¿Qué piensa cuando está en el mar?
- Para mi el mar es un monstruo que me reta. Es algo que me fascina. Entre más bravo el mar mejor. Cuando el mar se calma me gusta pasar las noches en las playas, me delito. Soy un hombre que le gusta vivir la vida, gozarla y donde más la disfruto es en la inmensidad y soledad del mar. Ahí es donde hago mi meditación.
¿Cuándo se aleja Pastora de Costa Rica?
- Independientemente del gran cariño que me tiene el pueblo, me alejo de Costa Rica porque tenía que reincorporarme a la vida nacional de Nicaragua. Me necesitan más en mi país que en Costa Rica. Allá está todo hecho, acá falta mucho por hacer. Tuve la nacionalidad costarricense, me la quitaron. Estoy hablando de los años 1980-1982, cuando vine aquí a reincorporarme como Viceministro de la Defensa. Unas malas interpretaciones llevaron a que se me quitara la nacionalidad. Yo creo en la nacionalidad centroamericana. Nosotros los nicaragüenses somos muy centroamericanos, más que los salvadoreños y hondureños. Y la Constitución nuestra es más centroamericana que cualquier otra.
¿Está Pastora inmerso en la política nicaragüense?
- Estoy convencido y metido, y vamos a reestructurar el Partido de Acción Democrática, donde me voy a lanzar como candidato y estoy convencido de que ganaremos las elecciones.
¿Por qué cree que ganará?
- Porque me conocen y saben que libro luchas por el bien de los pueblos y si hay que hacer de nuevo la revolución la haremos con ideas, con la lucha hombro con hombro con el pueblo que creé en mi persona y lo que represento.
¿Qué significa la CIA para usted?
- La Central de Inteligencia Americana es un organismo de inteligencia que debía dedicarse solo a recopilar información, analizar, pero también pasarlo a operativo. Y ahí es donde cometen grandes errores. Un cuerpo de inteligencia vital para el poder de la unión americana, eso les da grandes poderes como para decidir sobre el futuro de los pueblos latinoamericanos.
¿En algún momento trabajó para la CIA?
- Yo he trabajado con la CIA, pero sobretodo trabajado con el pueblo. Cuando he trabajado con la CIA es en beneficio del pueblo, sin lucro personal. Yo recibo la ayuda de quien sea, no importa que sea Fidel Castro, o los señores de la Central de Inteligencia Americana. He sido criticado cuando recibí ayuda de Fidel por los sectores de la Derecha y cuando recibí ayuda de la CIA, que no era la ayuda que la gente se imagina. En tres o cuatro años de guerra nos dieron $6 millones, pero al FSLN en cuatro años de guerra les dieron $600 millones. Entonces no es lo que la gente se imagina, y con eso hicimos lo que nuestra conciencia nos dictó. Nunca recibimos dictados y todo mundo sabe de los problemas que tuve con la CIA. Todo mundo sabe que no le cuadré y terminé peleándome con ellos.
¿Un proyecto inconcluso?
- La revolución. Porque la tuvimos en nuestras manos y se nos escapó. La más bella de las revoluciones del mundo y que me perdonen los revolucionarios ticos, cubanos, pero la revolución nicaragüense sandinista fue la revolución más apoyada por un pueblo, la humanidad. Todo el pueblo se quitaba la comida para dármelo. Costa Rica, Panamá. En Europa se peleaban para ver quién daba más. Toda mi vida la he consagrado a la transformación de este pueblo y quisiera que el pueblo de Nicaragua hubiera hecho lo que Costa Rica hizo en 1948. Todo mundo quiere ir a vivir a Costa Rica por esas transformaciones que hicieron para entonces; se nacionalizó la banca, se fortaleció el seguro social y otras instituciones y se reforzó la educación obligatoria gratuita; todas esas transformaciones que hicieron ustedes los ticos, y recuerdo que entonces me tildaron de comunista, un hombre de luchas sociales , de libertad y democracia. Quisiera que los nicas vivieran como los ticos, pero falta mucho, por eso siento que no concluí la revolución que quería.
¿Cómo está su estado de salud?
- Tengo salud y fortaleza suficiente como para seguir dando dolores de cabeza. Soy un hombre sano y fuerte, que cumple 67 años el 22 de enero del 2004. Y eso se debe pues a que no uso alcohol, tabaco o drogas. De hecho hice mucho ejercicio, soy un hombre ordenado en mi vida y sobre todo, he vivido conforme a mi conciencia me lo dice. Estoy tranquilo con mi conciencia y dispuesto a volver a la lucha para ayudar el pueblo cuando Nicaragua me necesite.
¿Cómo es su relación con la Iglesia Católica?
- Yo soy católico, y soy muy espiritualista, cristiano. Solo la ley divina puede decir cómo estoy. He sufrido 15 atentados y muchos peligros en la guerra. Seguro no he cumplido a lo que Dios me ha mandado a este mundo y me tiene reservado todavía. Me golpea y duelen las actitudes de nuestro clero a veces, por tal motivo, soy un practicante frío. Esta intromisión de la iglesia en los asuntos políticos, como valerse de los sentimientos religiosos de los pueblos para hacer política de nuestros líderes religiosos me golpea mucho y eso me enfría. Pero sí, soy profundamente cristiano, espiritualista. Mucho me encomiendo a Dios, practico mi religión a mi modo. No me gustan que me vean golpeándome el pecho, orando, arreglándome con Dios. No me gusta el exhibicionismo.
Por último, un mensaje a Costa Rica.
- Bueno, un saludo revolucionario, lleno de gratitud, por ese gran cariño que me tiene la gente. Todos los guanacastecos fueron finísimos conmigo y el pueblo costarricense en general. Un abrazo fraternal a quienes me ayudaron en la revolución y si me decido a volver espero seguir contando con ellos, porque la revolución no ha concluido, sentenció Edén Pastora, el Comandante Cero, célebre personaje que se inmortalizó desde aquel día que arriesgando su vida tomó por asalto el palacio Nacional y puso en entredicho la temida seguridad de los guardianes de la dinastía del entonces dictador Anastasio Somoza; marcando con ello el principio del fin.
Recuadro:
Datos personales en el 2003, año de la entrevista
Nombre: Edén Pastora Gómez
Edad: 66 años
Dedicación: Pesca
Un libro: Sé que tengo la obligación y el deber de escribir el libro. No lo he hecho todavía, porque no pienso morir mañana. Tengo muchas cosas que hacer y todavía no hay condiciones para decirlo todo. Y sino lo voy a decir todo para qué escribir. Y si voy a mentir o engañar a este pueblo, para qué escribir. He tenido entrevistas que ha dejado pasmado a muchos sobre las cosas.
Su última tentación: Volver a la pesca. Lo estoy haciendo ahí en San Juan del Norte. Quiero retornar al mar cerca de Costa Rica.
Sus hijos en Costa Rica: Actualmente, uno en la Barra del Colorado y otro en Guanacaste.
Una canción: Hermano del Alma. Me gusta esta canción, porque me siento personificado..
El recuerdo de un buen amigo: Yo he tenido muy buenos amigos en Costa Rica. Rolando González en Cartago.
Un temor: No he tenido tiempo para pensar en eso.
Una comida: El gallo pinto.
Una fruta: El níspero. Aquí se produce mucho.
Última vez en Costa Rica: Hace como un mes estuve con Bernardo Quevedo. Llamé a mi amigo, Rolando González. Desgraciadamente no lo pude saludar, ni ver. Entré un día y al día siguiente salí en carrera.