Redacción
Cada 10 de septiembre se celebra el Día Mundial de la Prevención del Suicidio, fecha donde se subraya la urgencia y la responsabilidad compartida de abordar este grave problema de salud pública. Anualmente, más de 700 000 personas en todo el mundo pierden la vida por este método, afectando profundamente a familias y comunidades. En Costa Rica, la Dirección de Vigilancia de la Salud del Ministerio de Salud reportó 1864 intentos de suicidio hasta el 26 de junio de 2024, con 1233 casos entre mujeres y 631 entre hombres.
La prevención del suicidio ha cobrado relevancia en la agenda de salud pública, con diversas organizaciones y entidades trabajando para educar y sensibilizar a la población. Entre estas iniciativas se destaca la distribución de la revista “¡Despertad!” titulada ‘¿Vale la pena vivir? Tres razones para no darse por vencido’, editada por los testigos de Jehová. Esta campaña ha tenido un impacto positivo, como el caso de Karla, quien, al notar tristeza en una compañera de clase, le entregó la revista. La joven, tras leer el contenido, expresó que el mensaje parecía dirigido especialmente a ella y encontró nuevas razones para vivir.
Es esencial reconocer los signos de sufrimiento emocional, que pueden manifestarse a través de cambios en la personalidad, hábitos alimenticios o patrones de sueño. Buscar ayuda profesional es crucial en estos momentos. Alexandra, otra joven que ha enfrentado desafíos similares, afirma que, “la salud mental es tan importante como la salud física. Aunque el dolor emocional no sea visible como una fractura, no debemos temer pedir ayuda”.
Para quienes luchan con depresión o pensamientos suicidas, el sitio jw.org ofrece recursos valiosos y orientación para padres que buscan apoyar a sus hijos. Las revistas “Adolescentes con depresión: causas y ayudas” y “¿Vale la pena vivir?” están disponibles para descarga gratuita en el sitio.
Si los pensamientos suicidas son persistentes o intensos, es vital buscar ayuda inmediata llamando al 9-1-1 o acudiendo a la sala de urgencias de un hospital, donde personal capacitado está disponible para ofrecer la asistencia necesaria.
El suicidio, a pesar de ser una de las principales causas de muerte a nivel mundial, es prevenible. El acceso a información adecuada, el apoyo emocional y la atención profesional son herramientas clave para salvar vidas.