Gustavo Solera
El Poder Ejecutivo anunció las medidas que se implementarán en lo que resta del año. Estas generaron una serie de reacciones a favor, en contra y en algunos casos con molestia.
El sector turístico lo ve como una acción que pondrá en jaque al golpeado gremio, ya que prevén cancelaciones e incluso que las líneas aéreas busquen destinos competitivos para el país donde aterrizar sus aviones.
Los empresarios no entienden la manera cómo se va a aplicar el tan anunciado código QR en los visitantes foráneos, incluso esperan que estén alineadas con políticas internacionales para el bien de todos.
Lejos de ver la flexibilización de las medidas como una panacea para la economía, las restricciones se han vuelto un punto de debate entre el sector comercial y el Gobierno de la República. Acusan a las autoridades gubernamentales como impositores, desoyendo al sector privado.
Se entiende que la salud está primero, eso es elemental, no comprender esta realidad es carecer de criterio humano. Pero también entendemos que las necesidades de las personas no cejan, son constantes.
El virus no se erradicará, es el hombre el que va a tener que evolucionar a una realidad distinta a la de antes de la entrada en escena del SARS-CoV-2.
Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) cataloga al Covid-19 ya no como una emergencia, sino una crisis prolongada.
Esta afirmación de una alta funcionaria de una organización de la ONU nos pone a pensar en el enfoque que se le debe dar al virus pandémico.
El país debe entender que la situación es manejable, pero ¿cuál es la forma de hacerlo? Ya el distanciamiento, lavado de manos y demás medidas están altamente absorbidas por la población. Creo que el siguiente paso es la concientización de las personas en el tiempo.
Tenemos que aprender a vivir con un virus más, como lo hicieron los indígenas americanos con la llegada de la europeos hace cinco siglos cuando trajeron enfermedades de las cuales los cuerpos de los nativos no habían generado defensas inmunológicas para combatirlas.
Las vacunas hacen que podamos producir esa defensa. Pero también debemos defendernos de un sistema socioeconómico del cual las medidas restrictivas complican salir adelante en una realidad ya de por si complicada.